28 noviembre 2013

Claves de interpretación: Natsume, Sôseki - Las hierbas del camino - es actual y contemporánea

Con esta entrada del blog niponcafe está participando en el concurso que está llevando a cabo la web: Libros y literatura:
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Claves de interpretación de Las hierbas del camino de Natsume Sôseki: es una novela actual y contemporánea


Título: Las hierbas del camino
Título original: Michikusa (みちくさ, 道草)
Autor: Natsume Sôseki (夏目 漱石)
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
Editorial: Satori Ediciones, mayo, 2012
Colección: Grandes Maestros de la Literatura, núm. 7
ISBN: 978-84-936198-9-3
pág. 278
Prólogo: Kayoko Takagi

Natsume Sôseki (Kinosuke): nació en 1867 y murió en 1916. Su verdadero nombre es Kinosuke, su apellido es Natsume. Sôseki es su pseudónimo literario.
Esta novela escrita en 1915, y fue publicada gracias a Asai Shinbun por entregas semanales, tras los éxitos de Botchan,Yo el gato y Kokoro. Este autor fue muy prolífico en su etapa de escritor (10 años apenas), profesor, y pensador, no se dejó encandilar por los movimientos literarios occidentales que todos otros jóvenes escritores japoneses adoptaban  e imitan sin criterio personal, como un fin en sí mismo. 

Puntos en común Natsume Sôseki y Mori Ôgai:
A él y Mori Ôgai se les considera los "padres de la literatura japonesa". Ambos empezaron a escribir en su madurez, no en su juventud, y ambos tenían otras profesiones distintas de la literaria Mori Ogai era médico, y Natsume Sôseki es profesor de filología inglesa. Y ambos filtran con su criterio personal la literatura occidental que conocen muy bien, para escribir la suya propia.

Se trata de una novela de tintes autobiográficos, tras la etapa de regreso de Gran Bretaña, el tono de la novela es muy distinto del divertido de Botchan, o del irónico de Yo, el gato y pasa a ser una novela oscura de tono pesimista. Motivos al escritor no le faltaban: las penurias económicas, las neurosis provocadas por el desarrelamiento en Gran Bretaña, las desavenencias con su esposa, y las tensiones familiares cotidianas llegan a pesar sobre él de un modo similar al de Kenzo (protagonista -alter ego- del escritor).
No está escrita en primera persona, y él niega que esta novela pertenezca a la Shi-Shôsetsu, pues dice que la novela NO es una "confesión".

Esta novela, Las hierbas del camino,  tras 100 años, no ha perdido vigencia, se mantiene muy actual tanto por la temática como por el estilo:

"Todos esos jóvenes [alumnos] sin excepción parecían esperanzados, confiados en el futuro.
-¡Qué afortunados sois! Solo pensais en lo que haréis después de la graduación -le dijo a uno de ellos.
El joven le sonrió.
-Eso también sucedía en su época, ¿no? Se equivoca usted si piensa que los jóvenes hoy somos tan optimistas. Es obvio que todos tenemos la esperanza de encontrar un puesto que nos convenga, pero somos muy conscientes de que puede suceder lo contrario. Nos vemos obligados a ser realistas.
En cierto sentido el joven tenía razón. La vida era mucho más dura en ese momento [1915] de lo que había sido en los tiempos de estudiante de Kenzo, pero solo en lo que se refería a la subsistencia.
"pág.133.
"

Sin una trama trepidante, deshoja el día a día de la vida cotidiana, los temas que plantea: las dificultades económicas, el motivo de la existencia humana, la incomprensión dentro de la familia, dentro también del matrimonio, el recuerdo de una infancia sin ningún calor ni amor, ambos Kenzo y Natsume Sôseki, son hijos adoptados, que hacen que imposible apoyarse en la familia, a la que ve más como una carga, que como un apoyo en los momentos difíciles.
Kenzo es un profesor culto, de una cierta edad, desencantado que las posibilidades que puede ofrecer la vida, en un entorno familiar exasperante y agobiante para él. Su tiempo... lo que más ansia tener para sí mismo, y del que se queja amargamente porque no le permiten emplearlo en lo que él quisiera: su trabajo, para desarrolarse, para obtener ... la fama, reconocimiento en el mundo cultural que no social, ...
También sorprende que el autor - que no Kenzo-, tenga un punto de vista tan pro-femenimo dado que lo escribió en 1915. El personaje de Osumi, está muy bien desarrollado psicológicamente, y es complejo como lo son los diálogos en el sí del matrimonio (como en "Quién teme a Virginia Wolf?"), difíciles y no lineales.
 
Natsume Sôseki ha influenciado a grandes escritores de las generaciones posteriores (incluido Kawabata Yasunari). Es un escritor valiente con su literatura, buscando en el interior de la literatura japonesa tradicional, las raíces de los valores japoneses que él quiere comunicar y transmitir a la sociedad propia, tiene vocación de maestro.

Espero que os haya animado a leerla. Merece la pena.

ver las claves de interpretación de Las hierbas del camino --> click aquí.

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23 noviembre 2013

Claves de interpretación: Kawabata Yasunari - Kioto - relacionado con Natsume Soseki - Michikusa -

El ejemplar que tengo de esta novela, fue publicado en 1970

Editorial: Editorial G.P., sl
Distribuido por: Plaza & Janés
Traducido: Ana María de la Fuente
pág. 319

En este ejemplar comprende 2 títulos: Kioto y La danzarina de Izu

Me gustaría comparar la novela Kioto de Kawabata Yasunari con la novela de Natsume Soseki Las hierbas del camino.

En la novela de Las hierbas del camino publicada en 1915 por entregas, y escrita en tercera persona, donde el protagonista un profesor y escritor (Kenzo) -alter ego de Soseki- adoptado temporalmente por Shimada y que luego regresó a casa de sus padres biológicos.
"Shimada, por su parte, deseaba que la situación le fuese favorable. Se contentaba con no hacer nada, siempre y cuando la situación le conviniera. No lo iban a dejar morir de hambre. Ya se había asegurado de ello. Kenzo no tenía hogar. Ni en el mar ni en las montañas. Era una criatura errante que no pertenecía a ninguna parte. A veces encontraba su sustento en el agua, a veces en la tierra." (pàg.219) Las hierbas del camino de Natsume Soseki editado por Satori Editores, sl col. Grandes Maestros de la Literatura, núm. 7 traducido por  Kayoko Takagi., mayo, 2012 [1]
"Kenzo representaba un riesgo para su padre [biológico]. ¿Para qué gastar dinero en el chaval si Shimada podía volver en cualquier momento y llevárselo otra vez? Había decidido alimentarlo si eso era lo que tenía que hacer, pero dejaría que Shimada se encargase del resto. Al fin y al cabo, era asunto suyo." (pàg.244) op.cit.[1]

En la novela Kioto, publicada en 1962, y escrita en tercera persona también, la protagonista es femenina se trata de una joven ( Chieko ) fue adoptada por sus padres ( Sata y Shige , padre y madre respectivamente), que la acogen y la cuidan como hija única dándole mucho cariño, e informándola que era expósita.

Hay que tener en cuenta que Soseki fue adoptado, y Kawabata quedó huérfano (todos los miembros de su familia habían muerto) cuando él tenía solo 15 años. Por lo que, concluimos que ambas, son novelas de claros tintes autobiográficos.

En ambas novelas hay unas escenas en las que se habla de la religión y aunque ninguno de ambos autores acaba de "creer" en la religión, a pesar de haber hecho un intento de acercamiento a ellas.

Las escenas en las que se habla de la filosofía religiosa se simboliza con la "luz" un candil de interior (Las hierbas del camino) y un farol de piedra de jardín en el caso de Kioto.
"Kenzo lo [a Shimada] observaba cada vez con mayor lástima. Seguía [Shimada] concentrado en la llama del candil y en su ansia por investigar la causa de su mal funcionamiento, casi pegaba con sus ojos hundidos en el cristal esmerilado. Para Kenzo ese era el resultado de su vida. Se sorprendió por lo absurda que había sido. Se preguntó cómo envejecería él. Siempre le había disgustado la idea de Dios, pero en ese momento había una pregunta que le pregunta que le rondaba la cabeza "Si un dios contempla mi vida, ¿pensará que no es muy distinta a la de este anciano?" "(pàg. 241) op.cit.[1]

En Kioto, la luz del jardín de Kawabata retoma la simbología del maestro Soseki y la dota de elemento de yuxtaposición de recipiente de la religión:
"Muy cerca de las raíces del árbol, se levantaba, casi hasta la altura de las violetas, un viejo farol de piedra. Su padre le dijo un día que en el pie del farol estaba esculpida una imagen de Cristo.
- ¿No será la Madre de Dios? -Preguntó Chieko-. Cerca de la capilla Tenjin de Kitano, vi una gran imagen de María que se parecía a ésa.
- Tiene que ser Cristo -dijo el padre, tajante-. No lleva al Niño en sus brazos.
- Ah, claro -asintió Chieko. Y después preguntó-: ¿Hubo cristianos entre nuestros antepasados?
- No, eso no. El farol debió de ponerlo ahí algún jardinero o picapedrero. No es nada extraordinario.
Seguramente, aquel farol procedía de los tiempos en los que el cristianismo estaba prohibido. La piedra era áspera y quebradiza, y la lluvia y el viento habían borrado el perfil del relieve, en el que apenas se distinguía ya el contorno de la cabeza, el tronco y los pies; pero seguramente ya en un principio fue un bajo relieve. Las anchas mangas le llegaban hasta el borde de la túnica. Las manos parecían estar juntas, y el pecho, henchido, pero ya era imposible distinguir su forma. De todos modos, aquella tosca figura tenía un aspecto muy distinto al de las pétreas imágenes de Buda o Jizo.
Pero el farol cristiano estaba en el jardín de la tienda, muy cerca del arce, porque era un antiguo y artístico, no como símbolo de fe. Aunque si algún cliente le llamaba la atención, el padre le decía: "¡ Es una imagen de Cristo!" De todos modos, aquel farol, apagado rara vez despertaba la curiosidad, ya que en todos los jardines acostrumbra haber uno o dos faroles." pág. 11 Kioto de Kawabata Yasunari, editorial G.P., s.l. col. Reno núm.350.[2]

No nos debe extrañar esta simbología de luz y religión. Recordemos que en el Budismo la palabra clave es "Satori" iluminación. Y ambos autores usan este objeto para ilustrar ese sustrato  religioso, y Kawabata lo yuxtapone con el mito de la caverna - y la leyenda china de los anacoretas "Universo en una olla".
"En la estrecha y oscura olla nacían, cantaban, ponían sus huevos y morían. Pero así se conservaba la especie. Tal vez eso fuera mejor que la limitada vida de una sola generación en una jaula abierta. ¡Pero pasar la vida en una olla! ¡Su universo, una olla!
Chieko sabía que el universo en una olla era una leyenda de los anacoretas de la vieja China. En esa olla había palacios, provistos de deliciosos vinos y manjares, un país de ensueños, alejado de este mundo terrenal.
Pero seguramente si los grillos se quedaban en la olla no era porque temieran al mundo temporal: quizá ni supieran que vivían en una olla. Pero así viven, y seguirán viviendo." pág.13 op.cit.[2]

ver las claves de interpretación de Las hierbas del camino --> click aquí.


05 noviembre 2013

Claves de interpretación de ISHIGURO KAZUO, Pálida luz en las colinas: Parque de la Paz - Nagasaki



Sé que el autor escribió esta novela originalmente en inglés. Igual ya los muy estrictos consideran que no estaríamos delante de una novela que pertenezca a la literatura japonesa. Yo como no soy nada académica, pues me salto todas las normas, porque la ambientación es en Japón, en gran parte de la novela. Los personajes son mayoritariamente japoneses, y la estructura y forma de narrar me recuerdan a Kawabata Yasunari. 
Así que aclarado esto, os la recomiento encarecidamente, y pongo un trocito descriptivo sobre el parque de la paz de Nagasaki:
"Al parque se le conocía comúnmente con el nombre de "El parque de la Paz", pero nunca llegué a saber si ése era su nombre oficial, y la verdad es que a pesar de la algarabía de los niños y de los pájaros, en toda la extensión de césped reinava una atmósfera de solemnidad. Se habían reducido al mínimo los adornos típicos como arbustos y fuentes, por lo que el parque daba una impresión de austeridad, con la hierba lisa, un cielo raso de verano, y el monumento, una estatua blanca impresionante en memoria de los muertos por la bomba atómica, que dominaba todo el entorno.
La estatua parecía un dios griego musculoso sentado con los brazos abiertos. Con la mano derecha hacia el cielo, de donde había caído la bomba. Con el otro brazo, extendido hacia la izquierda, supuestamente ahuyentaba las fuerzas del mal. Tenía los ojos cerrados en oración." (pág. 151)
Parque de la Paz - Nagasaki

Pongo los enlaces a las anteriores entradas relativas a este autor en niponcafe: 

Saludos.
aoi



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