" El templo de Kongô era famoso. Edificado en un entrante de la colina, a quince minutos de marcha desde Yasuoka, debía su reputación a sus árboles plantados por la mano misma del príncipe Takaoka así como a su elegante pagoda de tres pisos, cuya construcción se atribuía a Hidari Jingorô." pág.17
el gato dormido escultura que se atribuye a Hidari Jingoro
(templo de Toshôgu en Nikkô)
Relato sobre Nemurineko:
Hace mucho, mucho tiempo, un escultor llamado Sakichi, vagaba por las tierras de Kamakura. Sakichi quería hospedarse en un hotel pero no tenía dinero, entonces se dirigió al hotelero y le dijo:
- No tengo dinero, y me gustaría pasar la noche aquí, y le puedo hacer una escultura como pago.
El hotelero le permitió quedarse y Sakichi así lo hizo. Al día siguiente Sakichi le entregó una escultura de un dios. El hotelero, muy contento, al ver la obra exclamó:
- ¡Es una escultura magnífica!
En aquel entonces se estaba construyendo en Nikko el templo Tôshôgu donde estaba el afamado escultor Hidari Jingoro. El hotelero llevó a Sakichi ante Jingoro y se lo presentó, para que trabajara con él. Sakichi estaba muy contento y pensó:
- Voy a trabajar con mucho ahínco.
Jingoro le dijo a Sakichi:
-Voy a cincelar un dragón y tú cincela un gato en la puerta.
Ambos trabajaron muy árduamente durante un tiempo, y en el último día, de trabajo en el templo, durante toda la jornada trabajaron sin parar y por la noche con las obras ya acabadas del Templo deTôshôgu, hicieron una gran fiesta en la que se cantó, bailó y bebió en abundancia.
Todos estaban muy contentos y al anochecer cansados se durmieron satisfechos, sin haber comido la comida preparada. A la mañana siguiente al despertar, vieron con estupefacción que "alguien" se había comido todos los manjeres sin dejar ni las migajas.
- Te lo comiste?
-Yo no!
Jingoro y Sakichi se miraron y se dirigieron con paso rápido a la puerta. En ese lugar estaba el ganto esculpido por Sakichi y restos de comida a su alrededor.
Jingoro transformó al gato en un gato dormido y le dijo a Sakichi:
-Este gato es magnífico. Probablemente su alma entró y salió por aquí. Pero ahora ya no hay de que preocuparse.
Este gato, es el que podemos ver dormido todavía a día de hoy --> es el Nemurineko y sigue durmiendo en Nikkotôshôgu desde entonces.
Este es uno de los muchos relatos que se cuentan sobre esta escultura y sobre su autor Jingoro el Zurdo. Sobre este artista (?) hay tantas anécdotas que no es posible discernir cuáles son verídicas y cuáles forman parte del imaginario japonés colectivo.
Espero que os haya divertido. ^_^
Mata ne!
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