Hoy vamos a gozar de lo que en boca de Cyrano de Bergerac se denomina: "el instante infinito", ese momento cargado de sensualidad en el que el tiempo se detiene, y la pareja íntimamente sola, se reconoce como todo en el universo, como un universo en sí mismo, es el instante elevado a la máxima potencia y cargado de tensión sensual...
Como mejor que yo ya lo han explicado ellos, reproduzco un pasaje de sensei Kawabata de "Mil grullas" pág. 197:
"- He aquí su carta, que acaba de llegar. La carta sin sello.
Se dispuso a abrirla, pero Fumiko exclamó de pronto:
- ¡No, no, se lo ruego: no la lea!
- Pero… ¿por qué?
- Porque no quiero ¡Devuélvamela!
Al decir esto, sin levantarse, se inclinó hacia él para apoderarse de la carta:
- ¡Devuélvamela, se lo suplico!
Con un gesto brusco, el joven ocultó la carta a su espalda. Ella se inclinó todavía más, procurando cogerla con su mano derecha, mientras involuntariamente, se apoyaba con la izquierda sobre una rodilla de su amigo. Éste retiró aún más la carta fuera de su alcance, y Fumiko, con la mano extendida, estuvo a punto de caer sobre él, perdiendo el equilibrio al inclinarse excesivamente hacia la derecha. Su rostro había rozado el busto de Kikuji, y hubiera caído a no ser por el apoyo que había hallado su mano izquierda sobre la rodilla del joven;
…/…
- ¡La carta por favor! ¡Devuélvamela!”
Y un pasaje de Ishiguro Kazuo en "Los restos del día" que creo rinde homenaje al maestro... por cierto esta novela magnífcamente interpretada por Anthony Hopkings (Mr. Stevens ) y Emma Thompson (Miss Kenton) pág.182:
“- Me pregunto qué estará usted leyendo.
- No es más que un libro, miss Kenton.
- Eso ya lo veo. Lo que me intriga es qué libro.
Levanté la mirada cuando vi que miss Kenton se me acercaba. Cerré el libro y, apretándolo contra el pecho, me levanté.
…/…
Y de pronto con miss Kenton allí delante, parada frente a mí, algo cambió entre nosotros, como si de repente nos encontrásemos en un mundo aparte. Creo que no es fácil describir exactamente lo que intento decir. Sólo sé que a nuestro alrededor todo pareció enmudecer, y tuve la impresión de que la actitud de miss Kenton había sufrido una transformación. Su rostro reflejó una extraña seriedad, y una expresión que me pareció la de una persona asustada.
- No es más que un libro, miss Kenton.
- Eso ya lo veo. Lo que me intriga es qué libro.
Levanté la mirada cuando vi que miss Kenton se me acercaba. Cerré el libro y, apretándolo contra el pecho, me levanté.
…/…
Y de pronto con miss Kenton allí delante, parada frente a mí, algo cambió entre nosotros, como si de repente nos encontrásemos en un mundo aparte. Creo que no es fácil describir exactamente lo que intento decir. Sólo sé que a nuestro alrededor todo pareció enmudecer, y tuve la impresión de que la actitud de miss Kenton había sufrido una transformación. Su rostro reflejó una extraña seriedad, y una expresión que me pareció la de una persona asustada.
- Déjeme que vea el libro, por favor!.”
aoi.
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¡Cuánto romanticismo Aoi! tanto tiempo sin pasarme por aquí y la última entrada...de lo más interesante.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Será que ya llega la primavera..., je,je,je
ResponderEliminarDoumo arigatou, me alegra verte por aquí!!! Ya estoy mirando cositas de Mizayaki ;)
Muchos abrazos y un besito!
aoi
¡Hurra! ¡qué ganas tango de leerlo!
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