01 noviembre 2009

Historia: Suicidios inducidos en Okinawa-1945 (?):

Estaba leyendo la novela "Metafísica de los tubos" de Amélie Nothomb, y me topé en el texto con una cita a unos acontecimientos acaecidos en la segunda Guerra Mundial en Okinawa, que se han dado en llamar suicidios. En el libro de Nothomb, se comentan algunos aspectos sobre este tema...pàg. 125-126 "En 1945 en Okinawa, isla del sur de Japón, sucedió -¿qué? No encuentro ninguna palabra para calificarlo.
Fue justo después de la capitulación. Los habitantes de Okinawa sabían que la guerra estaba perdida y que los americanos, ya habían desembarcado en su isla, y se diponían a avanzar sobre todo el territorio.Sabían que la nueva consigna era no continuar luchando.
Hasta aquí llegaba su información. Poco antes, los jefes les habían dicho que los americanos les irían matando hasta el último de ellos; los isleños se quedaron, pues, con esta convicción. I cuando los soldados blancos empezaron a vanzar, la población empezó a recular al mismo tiempo. Y fueron reculando a medida que el enemigo vistorioso iba ganando terreno. Y llegaron al extremo de la isla, que se acababa en un acantilado abrupto suspendido sobre el mar. Y como estaban a punto de matarlos, la inmensa mayoría de ellos se lanzó a la muerte desde arriba del promontorio."
Me dejó una honda impresión y tiré de fuentes para averigüar, que según testigos de los hechos no fue un suicidio tal y como los libros de texto de historia de Japón trataron de exponer llanamente: según un pasaje revisado, los okinawenses simplemente se suicidaron en forma generalizada o se sintieron obligados a hacerlo. Sin embargo, ¿quién los hizo sentir así? tras la muerte de estas personas, hubo más que un suicidio masivo... mucho más.

El reverendo Shigeaki Kinjo cuando tenía 78 años comentó que:"Si los soldados japoneses no hubieran estado ahí, los suicidios masivos nunca habrían ocurrido", dijo Kinjo, que además confesó que decidió no suicidarse después de ver que los soldados no lo estaban haciendo.

Los soldados del ejército imperial japonés les habían metido en la cabeza que las tropas estadounidenses victoriosas violarían a todas las mujeres locales y pasarían los tanques encima de los hombres. Por eso, Kinjo y otros en su aldea, aquí en Okinawa, pensaron que la muerte era su única opción.
Una semana antes del desembarco de las tropas estadounidenses y el inicio de la Batalla de Okinawa, en marzo de 1945, soldados japoneses estacionados en su aldea dieron a los hombres dos granadas de mano a cada uno con la instrucción de arrojar una contra los estadounidenses y después matarse con la otra.
"Mi hermano mayor y yo golpeamos a nuestra madre, que nos trajo al mundo, hasta matarla", dijo Kinjo en una entrevista en la iglesia central de Naha, donde era ministro senior. "Yo lloraba, claro está. También dimos muerte a golpes a nuestro hermano y hermana menores".
En el refugio donde se hallaba Toshinobu Nakazato, otro superviviente de la guerra, los soldados japoneses entregaban a las familias bolas de arroz envenenadas. En lugar comerlas, huyó a las montañas donde murió su hermano menor. Confesó que decidió no suicidarse después de ver que los soldados no lo estaban haciendo.
Todas las guerras son algo terrible, terrible...
aoi

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