Situado al norte de Pagano, este templo es una de los descubrimientos más interesantes de la región de Kyoto. Lleva el nombre budista del cementerio. Durante mucho tiempo este cementerio ha sido considerado una fosa de cadáveres, que permitió a Kukai el hecho de crear un templo para salvar las ánimas de los difuntos. Hasta finales del siglo XIX, dos mil budas pequeños de piedra ornamentada adornaban las tumbas que debían esperar Amida. El cual debía ser invocado al otro mundo mediante la piedad. Así la noche del 23 de agosto tiene lugar el Jizo Bon, pequeña ceremonia que adorna con una pequeña luz,
los miles de estatuas de budas pequeños, para seducir las almas abandonadas y reconducirlas hacia un mundo mejor.
En el momento en el que nos adentramos en el sitio en el templo, la mirada nos descubre un lugar enmarcado por la piedra y que contiene numerosas estatuas de este material.
Vemos también un enorme monumento de piedra de forma circular, con un pórtico de piedra (Torii) de inspiración hindú como en Sanchi en Inde.
En el momento en el que nos adentramos en el sitio en el templo, la mirada nos descubre un lugar enmarcado por la piedra y que contiene numerosas estatuas de este material.
Tras el templo, se encuentra un pequeño pabellón de chamizo, tras el cual vemos un sendero que sube la colina y un bosquecillo de bambúes al lado del cementerio.
Vemos también un enorme monumento de piedra de forma circular, con un pórtico de piedra (Torii) de inspiración hindú como en Sanchi en Inde.
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