02 septiembre 2009

Breve relato Zen (Japonés): sobre la meditación sesshim.

Como acabo de llegar de vacaciones y estoy con las baterías cargadas, voy a intentar transmitir mi "paz interior" a todos vosotros, y para que os echeis unas risas ahí va un relato zen de meditación...


RELATO DE LOS 4 MONJES Y LA MEDITACIÓN SESSHIM:

Japón. Primera mitad del siglo XIV, bajo el shogunato de Ashikaga. Un templo perdido en la montaña. Cuatro monges zen han decidido hacer un sesshim: una especie de receso, en un silencio absoluto. Se encuentran instalados en zazen: posición de lotus, o semiloto, las manos en la falda, con las palmas a la vista, la mano derecha sobre la mano izquierda, o a la inversa según las tradiciones, los pulgares estirados, tocándose ligeramente. Bien sentados. Respiración tranquila.


Se hace de noche. El frío está vivo. Y por toda iluminación, contra la oscuridad, hay encendida una vela, que ilumina.

- ¡Se ha apagado la vela! – dice el monje más joven.
- ¡No tienes que hablar! Es un sesshim de silencio total.-hizo observar severamente un monje más viejo.
- ¿Por qué habláis en lugar de callar, como habíamos acordado! –observó, irónico, el tercer monje.
- ¡Yo soy el único que no ha hablado! – dijo satisfecho, el cuarto monje.

Esta anécdota hace sonreír. Pero ilumina perfectamente el espíritu Zen. Se hace bromita de los monjes, se trata con humor el silencio, si bien se sabe que es un elemento esencial de la vía. Y es que el silencio solo es el silencio, es decir un medio… “Si encuentras el Buda, mata el Buda” dice una máxima célebre Zen.

Dewa mata! Aoi.

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