En esta novela de Matsubara Hisako, aparecen otras formas de arte especialmente delicados como los jarrones nabeshima:
" Quitó el paño blanco que protegía el contenido de la caja y sacó con delicadeza un gran jarrón de porcelana. Tomiko dio involuntariamente un grito, pues lo reconoció en seguida como el jarrón nabeshima de la antigua casa. Se trataba de una pieza heredada por la familia, cuya pérdida había particularmente afectado al padre."(pág.141)
Japón cuenta con excelentes arcillas para la elaboración de
cerámicas, así como con agua pura para mezclarlas y suficientes zonas arbóreas
para proporcionar la madera para sus hornos. Durante cientos de años se ha
venido elaborando cerámicas, porcelanas y objetos de barro por todo el país,
con influencias de China y la Península Coreana, pero siempre evolucionando
hacia estilos propios. Incluso en la actualidad se fabrica este tipo de obras
en todas las formas y tamaños, desde los platos pequeños hasta los grandes
jarrones.
LOS JARRONES NABESHIMA:
Pintura sobre cerámica. Este arte es la porcelana de Nabeshima,
considerada como la mejor porcelana de Arita. Primero se dibujan las
líneas maestras y después se utiliza un pincel grueso para cubrirlos con
colores. Esta técnica es difícil incluso para la gente experimentada.
" El jarrón tenía una forma curiosa, acaso única, con un pie abierto en forma de cáliz y un recipiente abombado, muy arriba, con un cuello pequeño estrecho. Sobre un fondo blanco lechoso se había pintado en azul algunas ramas de bambú, el tronco de un pino y, muy pálida, una rama de ciruelo en flor. El verde de las agujas del pino se unía al rojo mandarina de lasc flores de ciruelo, a los matices azulados y a un brillo extraño, estilizado." (pág.142)
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